La noche que fuimos Dioses.
Aquella madrugada del 30 de abril, no pude dormir. Por más posiciones que intentaba o trucos que hacia, no podía. Sólo me quedaba mirar hacia el techo, esperando que sea una hora prudente para poder "despertarme" y hacer bulla en mi cocina. Eran las 7am, el sueño se me apoderaba, pero la voluntad y las ganas de hacer lo que tenía que hacer esa noche pudieron más. Me levanté rápido, tome desayuno, hice algunas cosas, y como jugando fueron las 10 AM. ¡Perfecto!, el día empezaba para mí. El día que vería a OASIS, en mi país, en mi tierra, con mi gente, con mi aire.