Emperador de fe
Cuando era niño, nada me alegraba más el día que sean las 9:30 de la noche y ver a mi papá entrando por la sala con una enorme sonrisa cuando yo le gritaba "¡papi!" y corría a abrazarle la pierna. El, totalmente agotado, se sorprendía de como yo jugaba tirado en el piso de mi cuarto un partido de fútbol entre juguetes siendo los arcos cuidadosas elaboraciones de lego unidas a las redecillas que vienen con los vegetales para que este ultimo la haga de red. Elaborarlos eran muy trabajoso , pero me gustaba.