Historia de pasajeros
Eran las 9 de la noche y aquel frío atroz me golpeaba en el rostro y me perforaba hasta calar en mis huesos. Estaba con los brazos cruzados, juntando mi mentón a mi pecho y quejándome de que me había olvidado mi chalina negra en mi cajón. "No la necesitaré" dije a las 7:50 AM cuando me alistaba para ir al trabajo. Ahí, parado en ese paradero (valga la redundancia) del ovalo Miraflores, intentaba pensar en que pasaría si ese sujeto del peinado extraño caía al montar su Skate en medio de la avenida.