Pequeña observación
[Versión original publicada el 04.11.2012] Cada día al despertar, la mayoría de personas se miran al espejo y antes realizar alguna actividad cotidiana, inconscientemente lo primero que se fijan son sus fallas y lo que deben mejorar desde el punto de vista físico o hasta realizan un momento introspectivo que les permita materializar sus fallas en el plano intelectual. En mi caso, partiendo estrictamente en lo físico, lo más llamativo no sería algún problema excesivo con mi peso o algo originado por un accidente. Todo se reduce a un "pequeño" pero gran detalle: mi estatura. Si usted se imaginaba que el muchacho que escribe estas historias es alguien que pasa 1.65 m., lamento profundamente decepcionarlo ya que se equivoca completamente. Yo soy chato, o como usted prefiera llamarlo: corto, chatín, enano, pulga, criatura, liliputiense, reducido, Tarzán de maceta, pulgarcito, duende, niño, pitufo, chiquitín, microbio, pegado al suelo y demás ingeniosos calificativos que se