Los ojos que todo grabaron

"Buenas noches, mi amor. Descansa.". Fue la última frase que aparece en ese chat acompañada de una foto tuya en donde sonríes y te tapas los ojos producto del sueño que no querías que se vea reflejado en aquella instantánea. Es lo único que no borré. Todo lo demás, terminó afuera en una gran bolsa negra. Así nomás, como quien se deshace de un cadáver, así se termina una historia mutua en una fría esquina. Aquel almuerzo en donde invadía el silencio probablemente era un anticipo de lo que vendría. No había nada malo con la comida, ni con el ambiente, mucho menos con nosotros mismos o contra el otro. No obstante, el silencio decía mucho. Atrás quedaron los tiempos en que nos dolía el cuerpo de tanto hacer el amor, de nuestro baile en las calles de Barranco estando ebrios y de las historias de tus viajes y como odiaste la visita a Paraguay. Éramos dos perfectos desconocidos que aún habiendo hablado tanto parecían no saber quién estaba al frente. Habíamos sido victimas del maldi...