Vecino
Es lunes y se me hizo tarde para ir al trabajo. Tomo el café rápidamente aunque eso implique que me queme un poco la lengua. No me pongo la corbata porque no hay tiempo, así que la tiro en la mochila (morral, como quieran llamarla) y corro hacia la puerta para ir al trabajo. Al asegurarme de cerrar bien la puerta, levanto la mano y saludo cordialemnte a la desquiciada señora que lava su ropa a las 11:00 PM y que vive al frente. Camino unos cuantos pasos y digo un cordial "bueno días" al señor que vive a unas cuantas casas de mi casa y que ni siquiera sabe mi nombre. A punto de cruzar la avenida, veo en el paradero a chicas muy simpáticas y atolondradas que ni sabían que existian en el vecindario, así como adolescentes malcriados escapando del ingreso al colegio. Todos ellos, son mis vecinos.