El extraño de pelo largo





En epoca escolar de primaria, no había cosa que más odiara que mi viejo me peine. No por el hecho que él lo hiciera, sino por esa cerrada y loca idea que había en aquel entonces de que tener el pelo corto significaba ser alguien pulcro y educado. Como si tener el cabello hasta los hombros significaría mentarle la madre a quien te mira. Como todo adolescente que saborea la libertad de "dejar el colegio", decidí dejarme el cabello largo y renovarme por completo. Nunca me había gustado mi vida escolar ya que a pesar de tener diecisiete, me veía como uno de 15 y pensaba como alguien de 30; lo que hacía que mi imagen sea algo... distorsionada.

Había pensado muy bien las cosas: como en mi familia nadie estaba de acuerdo, decidí cortarme el cabello como usualmente lo hacía, pero con la novedad que no lo haría otra vez dentro de ocho meses. De esa manera no me molestarían en casa, no quedaría en ridículo ante amigos y ahorraría bastante dinero. Plan perfecto.

Fue así que empecé a lucir muy diferente a como era antes. Aparte de eso, empecé a descubrir nuevos círculos de amigos y sus costumbres fueron amoldando una personalidad distinta. Me había vuelto un poco suelto y muy propenso a la locura. Si bien dentro de mi todavía había sensaciones que no me permitían avanzar esa locura, disfrutaba ser como era. Esta pelea interna me permitió diferenciar, gracias a Dios, entre ser directo y ser malcriado. La buena base jugo lo suyo.

Un día, saliendo de compras por ahí, me encontré con una amiga del colegio. Ella obviamente se sorprendió al verme así, por lo que ahí fue la primera vez en que me di cuenta que mi estrategia de alejarme de mi "pasado" no funcionaba mucho:

- Y porque tienes la cabeza así?. Dijo desconcertada y en tono bromista. 
- Bueno, me gusta ... creo. Jaja
- Te quedaría mejor el pelo corto. No como colegial pero algo... bueno... un poco más... que vaya con tu personalidad. Así pareces fumón jaja.
Al llegar a mi casa me quedé mirando al espejo y pude apreciar bien la situación: estaba hecho un desastre. Parecía una especie de Frodo con jeans, un Chicken Little metalero y hasta pude apreciar un Harry Potter sin magia. No quedó más que reírme e irme a la peluquería más cercana. Había acabado aquella época y decidí ponerme en regla.

El pelo corto fue un gran cambio ya que había recuperado mi cara, mi nuca, mis orejas y ahora podía ver más el panorama. Ya no tenía aquel gesto femenino de arreglarme el cabello y estar pendiente de que no haya tanto aire ya que terminaba despeinado. Después de tiempo, me sentí realmente cómodo.

Si bien en ese lapso de pelo largo había experimentado nuevas cosas, el comentario de mi amiga me hizo reaccionar y me hizo ver que el camino por donde iba como que no era del todo sabio, así que decidí regresar al buen sendero. Y ahí empezó la problemática, ya que me había dado cuenta que no podía dar marcha atrás. Que por donde había caminado tenía que seguir andando sólo pudiendo arreglar algunos campos.

Si bien ahora debo usar el cabello corto porque estoy trabajando, tampoco lo uso porque no me gusta, incomoda para comer y ya no soy un adolescente. Lo único que extraño realmente de esas épocas es conversar con "mi amigo entrañable", con su hermano y con Chiso una noche de miércoles en la esquina de un parque. 

Ellos han cambiado y siguen su camino (igual que yo), pero es por el bien de ellos y porque esto siempre le pasa a un grupo de amigos conforme van pasando los años. Eso es así y tengo que empezar a acostumbrarme a ello. Ademas, todavía seguimos reuniéndonos de vez en cuando, pero ahora yo estoy usando el cabello corto.

Cambio y Fuera.


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