La Mudanza

- Foto tomada el primer día -
"Hola Cesar. Me da mucho gusto informarte que has pasado el concurso y ya formas parte de nuestra gran familia. Te esperamos el próximo Lunes para hacer oficial tu ingreso. ¡Bienvenido!".

El día que les dije que me iría, más de uno me pregunto "¿Porqué?". Ahora que lo pienso, si bien mi mejoría fue el gran  motivo de mi partida, no encuentro una respuesta certera que justifique el porqué. Simplemente no lo hay, o decides irte o te quedas. Así de simple.

Era el último día en general: del año, en la oficina, al frente de la misma computadora que me acompañó dos años y nueve meses. Al despertar y tomar por última vez aquella ruta que me dejaría en la puerta de mi trabajo, siento con satisfacción que, justo el último día, me levanté con el mismo entusiasmo que el primero. Llegué temprano, tome mi taza con el logo de la empresa y me serví agua caliente y luego café.

Ese día saldría a mediodía por lo que mi presencia fue un mero formalismo. Mi compañero prácticamente ya estaba haciendo mis funciones y mis deseos de ver algún tema eran casi superfluos. Solo quería atesorar por ultima vez aquel lugar. Miraba con nostalgia la puerta que da hacia el ascensor y recuerdo cuando entré y saludé a varias personas que hoy ya no están. Recuerdo como me presentó un compañero con todas las personas del área y como, muchos meses después, yo fui el que tuvo que despedirse de cada uno de ellos cuando las circunstancias lo ameritaban.

Quien me conoce en ámbito laboral, sabe que siempre he sido y seré muy reservado en varios aspectos de mi vida y es por ello que opté en que no fuesen muchas personas las que sabían que me iría. No quise hacer la noticia más grande ya que, la verdad, esa sensación en la que te miran todos como si estuvieses en la fase terminal de una mala enfermedad, es incómoda. Así que opté por la reserva.

Fui muy recio hasta los últimos 15 minutos en los que hicimos el brindis de año nuevo. El abrazar a cada uno de mis compañeros y cada uno me da aliento y fuerzas, simplemente, no me lo esperaba. Se formó un nudo en mi garganta que me ahogaba en sentimiento de esperanza y tranquilidad.. Fue en ese momento que decidí soltar unas lagrimas y escribir el respectivo correo de despedida al que llamé "Hasta Luego".

Amigos:
Cuando veía personas que escribían correos sobre cómo se despedían al dejar la institución, siempre me preguntaba el porqué hacían esto, el porqué manifestar a otras personas el amargo y a la vez esperanzador momento del adiós de una organización. Hoy, soy yo quien escribe este tipo de correos y comprendo, en medio de mi desconcierto, que es quizás un momento de abierta sensibilidad y franqueza en la que se intenta plasmar en unas cuantas palabras, el sentimiento (no sustantivo) de "las gracias". 

Agradecer al que te ayudó cuando estabas confundido en un momento determinado, agradecer al que te habló en un momento libre, al que te dio las "gracias" cuando tu ayuda fue desinteresada, al que te cubría y apoyaba aún sabiendo que estabas por mejorar algo y gracias a cada uno de ustedes por leer este correo. 



Fue muy difícil tomar esta decisión y rondaron diez mil situaciones en mi cabeza; sin embargo, como le comenté a una gran persona, a veces "es mejor dejar el fútbol antes que el fútbol te deje a ti". Simplemente quiero comunicarles a todas las personas que he considerado en este correo, que ustedes han sido parte importante de mi estadía y gran aventura llamada "financiero" y que les agradezco infinitamente todo; desde un saludo en el ascensor hasta una conversación en horas del almuerzo. Especialmente, quiero agradecer a una persona ya que gracias a él, nada de esto hubiese sido posible: gracias por todo tu apoyo y siempre acertadas enseñanzas en este tiempo... jefe. 


Bueno, no pienso explayarme mucho, espero no haberlo hecho. Me despido con una frase de la película "The Truman Show": 
"En caso que no los vea... buenos días, buenas tardes y buenas noches".
Hasta siempre, buenas vibras y paz. 
CG

Terminado de escribir, recibí muchas respuestas y muchos buenos deseos de parte de diferentes personas que no necesariamente eran de mi área. El correo se expandió a lo largo de la organización y eso me sorprendió.

Hoy, mi futuro está en otra empresa a la que daré mi mayor esfuerzo. Sin embargo, las diversas experiencias y situaciones vividas en mi anterior trabajo, no las cambio por nada.

Así es cuando uno se muda: La casa queda, las personas asumen los espacios vacíos pero los recuerdos y sentimientos quedan prendados en cada rincón del edificio. Especialmente, en tu alma y corazón.

Cambio y Fuera.


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