Fabianna en mis Sueños.


Después de unas semanas algo diferentes a las vividas en los 20 años que tengo de vida; ayer se presentó quizás el día mas emotivo de todos; la más indescifrable emoción que he sentido en toda mi vida. Es fácil y no entraré en rollos o ideas contradictorias que suenen interesantes, SOY TÍO!

Eran las 12 del mediodía, y la jornada empezaba. Si bien todos al inicio estábamos algo tranquilos, con el transcurso de las horas como que la cosa cambió un poco. Avanzaba el tiempo y nada. Una, dos, tres horas y absolutamente nada de nada. Si bien en ese transcurso de tiempo horas no paso nada desde el punto de vista de la persona que esta en la sala de espera; mi cuñada estaba sintiendo dolores tan grandes como los de Jesucristo en su pasión. Lo curioso llegó después, y es que veo a un tipo con bermuda, piel rojiza, polo manga corta y lentes de sol, entrando a la sala donde tenían a mi cuñada. El tipo todo sonriente dijo "Hola" y entró. A pesar de estar tranquilo y haberme comido ya dos hamburguesas de una conocida empresa de comida rápida, lo primero que se me vino a la mente, en letras tan grandes como la furia que sentí al saber que la hamburguesa era más pequeña que lo que aparenta en la tanda de TV, fue "¿Quién demonios es este payaso?".


Lo anecdótico del asunto, era que ese tipo era el doctor, que había regresado desde Trujillo para atender a mi cuñada y a otra señora que estaba en la sala junto a ella.
Pasaron 3 horas, en donde los bocados de la cafetería fueron arrasados por los ansiosos y nerviosos estómagos de los Guzmán-Menacho, y no había muchas respuestas.
Hasta que por fin, eran las 7:59pm y se escuchó aun señor desde dentro de la sala que dijo: "¡Ya nació!".

Bueno, lo demás ya ustedes se imaginarán, gritos, risas, abrazos y todo el rollo. Pero no les mentiré, me sentía tranquilo y muy feliz; pero no tan emocionado. Todo cambió cuando la estaban llevando a la sala de bebes, y por primera vez la vi. Era sombroso ver como algo tan pequeño, dedos regordetes, mirada no muy fija y cachetes tan rojizos como prominentes, había causado algo tan grande en la vida de mi familia y, principalmente, en la mía.
El verla dormir, llorar, suspirar e incluso sonreír un minuto (no es mentira, en serio que la vi sonreír) hicieron que las preguntas que tenía hace un tiempo (léase "El inicio") las olvidará completamente.


Y es que ahora ya no pienso en preguntas, porque las únicas que tenía se respondieron estas semanas. Me alegra saber que no estoy solo en estas alegrías y que tengo a mi familia y personas tan especiales para mí, que están ahí para apoyarme. 
Finalmente, he encontrado equilibrio en mi parte emocional y familiar. Me queda pendiente una meta, que sé que la lograré en los próximos días.

Después de ese día largo, lleno de emociones, me fui a dormir, con la esperanza de ver a FABIANNA EN MIS SUEÑOS, y lo logré.

Cambio y Fuera.

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