Una empresa llamada Navidad

Yo tenía la idea de que Diciembre era un mes tranquilo; de que las cosas simplemente fluían y de que todo caía por su propio peso. De que la magia y la felicidad reinaban en todos y todo pasaba porque sí. Esa es la idea que uno tiene de niño y que al ir creciendo y conociendo el mundo que hay afuera, se da cuenta que no todo es así y empieza a experimentar poco a poco una pequeña indiferencia por todo lo "mágico".

A mi empezó a llegarme todo, desde los 15 años. El ordenar la casa desde los primeros días de diciembre nunca me pareció abrumador hasta esa edad. Y es que mi labor ya no era sólo seleccionar los adornos y colocarlos en la meza y el árbol; ahora tenía que colgar luces en ventanas y ver desde afuera que no se vea feo.


En sí, era una transformación. Me imaginaba a mi quitándome el maldito uniforme escolar con sus pantalones grises y camisas blancas que tenían la insignia en el bolsillo izquierdo; para ser secuestrado por Papa Noel y vestirme como uno de sus elfos.

Y ahí nació la idea de estudiar administración. Me parecía una manera profesional de explotar a la gente siempre pasando por el glorioso "derecho de piso". No digo que explotar sea lo correcto, pero a la larga esa es la mentalidad que nos hacen tener en aquellos cuarteles universitarios.

Siempre me imagine a Papa Noel como el primer dueño de una empresa. Un Gordillo colorado y arrogante que reía frente a los niños para justificar su presencia, mientras los elfos eran explotados detrás de aquella silla haciendo juguetes. ¡Este gordo prácticamente le dio la idea a los chinos para hacer zapatillas Nike!

Mama Noela sería la administradora de la empresa, nunca da la cara y siempre para en reuniones. Lo más probable es que se levante a uno de los elfos y nosotros ni enterados.

Los elfos serían los humildes trabajadores, los que la sudan y hacen todo bien. Reciben premios algunas veces pero la idea es la misma al final: Mantener la reputación del gordito. Lo más probable es que ni seguro tengan. ¿Me imagino que haría un inspector del ministerio del trabajo en esa situación?. Pues nada, ya que si intenta hacer algo, fácil el gordito pendejo lo soborna con unos regalos para los hijos de este o implanta la cultura del miedo amenazándolo con no premiar a su retoño.

De ahí vendrían los asesores, que si bien tienen un alto rango, son de ayuda externa y no entrarían directamente en la clasificación. Generalmente, los asesores son los que saben igual o más que el dueño, pero no lo dicen y sólo salen en la foto. Ahí aparecen el muñeco de nieve y los venados.

Como todo buen dueño, necesitas un carro moderno y llamativo. Batman tiene el batimovil; Los Cuatro fantásticos tenían su nave y Aquaman agarra a un delfín y listo. Nuestro Dueño tiene su trineo, pero como es el gordo más pendejo de todos; este trineo no sólo avanza, sino que vuela. Inclusive le ganó al "Doc" Emmet Brown y su Del-orean (Volver al futuro).

Para terminar su buena suerte, este gordo miserable es una insignia de la globalización y el como saber posicionar tu producto, ya que en todo el mundo esperan por él. Y por si fuese poco, tiene una unidad que es todo su departamento de despachos que nunca falla ni llega tarde. Chúpeta esa, Wall-Mart.

Así que repasemos: tienes un carro que vuela; unos elfos que chambean duro y no reclaman nada; y sí reclaman sobornas a las autoridades; tienes una esposa que no molesta y te da comida. Decidido, esa es mi chamba. Voy a ser Administrador.

Me falta mucho para ser Papa Noel, por ahora soy sólo un simple elfo que aspira a ser un muñeco de nieve. Hasta eso, seguiré haciendo bien mis juguetes ya sea en este almacén u en otro.

Espero que en otro.

Cambio y Fuera

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