Un trabajo para el que quiere ser grande.

Todos dicen que su primer trabajo es humillante y muy trabajoso, que es el lugar en donde pagas tu "derecho de piso" y en donde te chocas con la cruda verdad del mundo laboral. Bueno, en mi caso no fue el primero, sino el segundo.

Por problemas que no puedo contar, tuve que dejar la universidad a comienzos del 2009. Fue un golpe muy duro ya que me alejaba de miles de planes que tenía para mi y de algunas cosas que ya estaban encaminadas. Como todo joven que ve sus estudios truncos, no tuve otra salida que buscar un trabajo. Sin mucha experiencia laboral previa y con estudios universitarios muy básicos; decidí buscar algo por mi mismo tratando de aflorar lo mejor de mis cualidades con la finalidad de lograr algo que, por lo menos, no destruya mi dignidad.

Uno de mis hermanos me consiguió una entrevista en la empresa en donde el antes laboraba. Me habló de las dificultades de la empresa pero me llamó la atención el gran ambiente que me pintaba. Postulé, entré y empecé a trabajar. Así de rápido.

Desde que me presentaron a las personas del trabajo, dos mujeres me cayeron muy mal. Y es que eran de las típicas sabelotodo, engreídas, petulantes y con un serios problemas emocionales y psicológicos que hacían que mi estancia en la empresa sea caótica, aburrida, y hasta insoportable. Trabajaba directamente con una de ellas: la corpulenta e insoportable "Fodonga" de la cual todos la detestaban pero por alguna mágica e incomprensible razón, nunca fue despedida.

Recuerdo la primera vez que renuncie a "Agro vida" (renuncie tres veces: dos que me hicieron entrar en razón y en la tercera me fui), y fue precisamente por mi discusión con "Fodonga". Ella, o bueno "eso", sin razón aparente me tiró unos papeles en el rostro aduciendo que lo que había escrito estaba mal. Con los ojos de color fuego, las tripas revueltas, los puños apretados tan fuerte que pareciese que en cualquier momento iba a hacer sangrar las palmas de mis manos, iba a reaccionar con un colérico y justificado "¿Quién mierda crees que eres?". Hasta que en un segundo de calma, me acordé de mi hermano. Me acordé de lo que hizo para ponerme en ese trabajo y en que si renunciaba iba a estar en mi casa haciendo el mercado, cuidando a mi sobrina, sin dinero para hacer algo, sentado en la PC aburrido porque todos mis amigos están en parciales o con sus compromisos. Me paré hidalgamente, no la mire, salí de aquel cubículo con olor a jamonada de pollo producto del "perfume" natural de "Fodonga" y llamé a mi hermano por teléfono... para mandarlo al carajo a él. (Alguien tenía que comerse mi ira)

En aquel lugar todo era un caos, los pagos "quincenales" los recibías 23 días después, no había horas extras, no estaba en planilla, te pagaban en efectivo y debías hacer tu cola para cobrar tu sueldo. Si, mismo campo de concentración Nazi.

Lo que me daba más pena de "agro vida" es que con las ENORMES excepciones de "fodonga" y su amiga "la tuerta", el material humano que había ahí era increíble. Era aquel ambiente típico de provincia en donde todo te saludan, te dicen por favor, se hablan con sobrenombres, había la picardía en las bromas diarias y la comida era condimentada con simpleza. Si no avanzaba esa empresa no es porque la gente no trabajaba, era simplemente por producto de la irresponsabilidad de las personas que estaban a cargo.

Cuando recibí llamada de mi actual trabajo, no lo pensé dos veces y decidí irme. Curiosamente, el día que cumplí un año en la empresa, le comuniqué al administrador mi decisión y que no había marcha atrás. Él, que era de muy pocas palabras conmigo y que poseía una voz tan grave como la de un bisonte, me dijo:

"Bueno, mira, yo sé que esto no es lo que esperabas.Pero al menos lo intentamos ¿no?". Sonrió gentilmente, firmó mi constancia de trabajo y me extendió la mano. Yo hice lo mismo.

Al terminar de despedirme de algunas personas, no pude despedirme totalmente del administrador ya que quería agradecerle diciéndole algunas cosas más. Él estaba sentado en su cubículo azul atendiendo a una de las tantas personas que lo visitaban diariamente. Lo miré de lejos, gesticulé un "chau" y levante el brazo despidiéndome. Fue la ultima vez que lo vi.

Si bien ahora ya tengo todos los beneficios de un trabajo formal, aveces extraño la improvisación en "agro vida". Extraño el caminar largas cuadras para llegar a la puerta y que el vigilante te cuente sus historias de los personajes amazónicos en la hora de almuerzo; se extraña el ir al banco a hacer retiros junto al personal motorizado, escuchar las bromas del grupo de Ventas de provincias o las risas de las chicas (aunque no tan chicas) de contabilidad.

Aquella gente, mal llamada por algunos como "de escasos recursos"  y sin educación, me enseño que en este país hay realidades diferentes y que un titulo no hace a una persona, es la persona la que se crea su titulo.

Cambio y Fuera.

[Nada es más simple, no hay otra norma, nada es más simple, todo se transforma]


Comentarios

  1. Buen post Cesarín, Feliz año!
    PD: la canción está paja!

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