Uno de nosotros



Mi relación con la religión empezó, básicamente, por un encargo de mi abuela quien era fiel creyente de la Virgen de Guadalupe. Mi padre, hasta donde yo recuerde, nunca ha sido muy ferviente de las creencias de algunos de sus hijos por lo que nunca impuso algo; simplemente, daba su opinión de una manera sutil y reflexiva haciéndonos que el panorama esté más claro y, con ciertas restricciones y pautas propia de todo joven, tomemos la religión como algo basado en la fe ya que esto es algo que se tenía que dar. De esa forma fue que me volví cristiano y con el pasar de los años he podido percibir diferentes situaciones que me parecen, en la mayoría de casos, innecesarias reacciones por partes de los que están de acuerdo y los que piensan lo contrario.

En mi épocas escolares, el curso de religión era algo netamente obligatorio en donde uno solo podía no llevarlo si fundamentaba que practicaba otra religión u otro pensamiento que no iba acorde al cristianismo apostólico romano (Osea creer en Cristo, María y todos los santos). Al ir pasando los años, ya en secundaria para ser exactos, veía como dicho curso pasó a ser opcional y tiempo después, paso a retirarse de la currícula indicando que "era una pérdida de tiempo para los chicos que debían prestarle atención a cursos como Matemática o Ciencias". A pesar de no estar totalmente de acuerdo, me di cuenta que su fundamento, en cierto modo, tenía razón. Recuerdo que en el colegio siempre esperábamos cursos como este o arte para pasar el rato o hacer las tareas de los cursos más difíciles. 

Al salir del colegio, me dí cuenta que varios amigos, compañeros de clases y hasta personas extrañas, criticaban a la iglesia  católica calificándola de falsa, retrógrada, militarista y atemporal  diciendo cosas como:

"Jesús fue un sujeto que tuvo hijos y la iglesia protege esa mentira porque se le caería su imperio. Además, no sé porque hablan de ser pobres cuando ellos en el Vaticano tienen bastante dinero y hasta sus sillas son de oro. Además, ¿dónde estaban cuando pasó la segunda guerra mundial?, ¿ya se olvidaron de la Edad media?. Son todos unos hipócritas".

Simplemente, sonreía, les decía que tenían algo de razón y cambiaba de tema.

Básicamente, aquí en el Perú, el Sr. Cipriani, cardenal de Lima, es alguien que tiene muchos anticuerpos. Su actitud justifica los adjetivos puesto en el párrafo anterior y eso, al menos a esta generación tecnológica que avanza a pasos agigantados, nos aburre, aturde y jode. Además, sus vínculos con el gobierno dictatorial de los 90's, la justificación de los malos quehaceres de algunos miembros de la iglesia y su pelea mal llevada con la PUCP (que su nombre lo pongo en siglas porque, ahora, está en duda), lo convierten al Cardenal como alguien insoportable para muchos. Ahora, hay gente que cree fielmente en lo que dice y lo que hace, por lo que es democráticamente saludable y totalmente respetable esta posición.

A lo que iba, y sin entrar en detalles, es que la juventud (me incluyo) se aleja de la iglesia por, precisamente, esa imposición de algo que no es tan "militar" como se piensa. Lamentablemente, hay personas que se toman todo esto muy en serio haciendo que otras, más rebeldes y abiertas a otras tendencias, se alejen de la creencia estigmatisándola y desechándola. Aveces, la gente se olvida que la religión, sin importar cual sea, es un acto que busca la felicidad y paz interior del ser humano. Se podría decir entonces que si alguien se aleja de la religión es porque esta ha quedado dañada, herida y decepcionada. Algo así como un amor no correspondido por culpa de un circulo negativo.

Para mi, Dios no es un sujeto severo y aburrido, es un viejito simpaticón que para sonriendo, que bromea con San Pedro haciéndolo enojar y que aveces le toma el pelo a su inocente hijo Jesus. Para mi, es un abuelo genial que los sábados va a relajarse con Buda y los otros para hablar de como va el mundo y contarse las ultimitas de su religión. Debaten, hablan de fútbol  de como las cosas aveces van para mal y de los milagros que pasan todos los días. Ellos simplemente se alegran cuando uno es feliz con uno mismo y como estos le agradecen por un momento cuando simplemente ellos no han hecho nada, ya que los milagros los hace uno mismo. Por ejemplo, que una madre esté en el trabajo y haya entregado varios reportes para salir a tiempo y jugar con sus hijos un fin de semana, no es una obra de Dios, eso es un milagro realizado por uno mismo sin importar sus creencias.

Tal vez la ciencia pueda justificar como se inició el mundo, la vida de Jesús, los diferentes relatos y muchas otra cosas más; pero lo que jamás podrán descubrir es la fuerza interior que motiva a las personas a seguir adelante sin importar a quien sigan. Esa fuerza interior que nos hace lograr nuestros objetivos y a la cual adorablemente le llamamos "fe."

No importa a quien sigas, lo que importa es como lo sigas y respetando las creencias de los demás con sus pro y contras. Recuerden que lo más fácil es criticar, pero antes de hacerlo piensen que "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". No caigamos en facilismos y simplemente aprendamos a sobrellevar todo, como el Buen Dios y Buda que ahorita deben estar tomando sol con su vaso de limonada. Felices Pascuas.

Cambio y Fuera.


Comentarios

Los post más leídos

¿Bailamos?

Las 5 peores canciones de Arjona

Un sueño Mundial - Episodio II: El imperio Inca Contraataca

CAPITULO I: Invitarla a Salir