Escapar


¿Qué es lo que pasa en mi cabeza en este momento? ¿Porqué mientras siento todo no siento nada?. Mientras ella descansa en mi pecho me siento totalmente completo estando vacío por entregarlo todo. Aclaro que no hablo de esos vacíos que duelen, los que carcomen el sentimiento, sino de los que te reconfortan, de los que duran minutos y, en cuestión de unos cuantos más, renacen al apreciar como sube su mentón en tu pecho y te sonríe de manera simple. 

No recuerdo exactamente cómo empezó. Lo más probable es que inició caminando por aquel malecón, quizás en algún sorbo de una cerveza artesanal, bailando en medio de la calle o en el hablar sobre alguna historia profunda de nuestras vidas. Lo que sí tengo por seguro es que se consumó con una sonrisa, puede haber sido una más tímida que las que se dan últimamente, pero sonrisa al fin. Y es que es aquel gesto simple y sincero el que remueve las ideas entrelazadas (desde las más serias hasta las más inverosímiles), pero todas con el mismo destino de chocarse entre en sí al presenciar tan angelical acto.

No exagero, es algo lindo y único. Las sonrisas más sinceras son las más hermosas, pero las que se roban lo son más ya que nace de un esfuerzo de alguna parte de tu interior a fin de presenciar el amanecer de tu alma. Había olvidado como provocar alguna, como reírme en carcajadas y como llenarme de traviesa irresponsabilidad para simplemente actuar. Sin embargo, en mis solitarios momentos de pensamiento, analizo que no son mis actos lo que te provocan sonreír a tí, sino es todo lo contrario: es tu manera de ser la que me hace feliz y es ese sentimiento el que me provoca hacer más.

Tú simpleza queda reflejada en la hermosura de tus errores, en tu tierna aceptación de que algo salió mal de manera casual y en como trato de explicarte que, sin querer, acabas de demostrarme lo más hermoso que se puede dar a alguien: el cómo es uno. En un mundo frío y avocado a lo instantáneo, muchas personas se desnudan de cuerpo, se entregan al momento, viven el instante; sin embargo, son pocos los privilegiados que observan el alma desnuda, crean recuerdos y forjan memorias. No es fácil, ni simple y mucho menos buscado, por lo que cuando se obtiene ello no hay manera de quererlo dejar.

Aún así, acepto que tengo mucho miedo. De aquellos que dan la sensación del estómago vacío, de resequedad en los labios, la garganta apretada con un nudo de dudas y la respiración ligeramente acelerada. Es de aquellos fuertes, incesantes, inquebrantables e invencibles. Aún así, todo ello forma parte de un miedo bonito, de los que deseas que sucedan siempre, de los que enfrentas con todo siendo paciente y criterioso pero a la vez imaginativo y terco. Al final, prima la recompensa del calor sincero de la presencia humana.

En eso, a mitad de la noche, su rostro se eleva suavemente y miro como abre sus ojos, acaricia mi rostro y prima el tan ansiado silencio. Nuevamente las sonrisas son protagonistas y sientes la sensación que todo tiene sentido, que todo está bien. Mientras afuera de cuatro paredes todos los seres del mundo colisionan entre sí con batallas llenas de "realidad", aquel escape nuestro termina generando una alternativa. No obstante, no hemos sido ajenos a ser golpeados por ella con gigante fuerza en los últimos años, nos ha despedazado la esperanza y ha dinamitado la ilusión. No nos quejamos, entendemos que debió ser así por algo y más que buscar el porqué, es comprender que ya está, pero que ya pasó. Un abrazo en ese instante dice eso y aparecen en mi mente muchas palabras que al ser tantas hacen imposible resumirlas en un texto.

Recuerdo tu historia con la luna y en cómo desde niña te han prometido que es tuya. Quiero que la conserves como tal, no pretendo modificar nada, ya que eso te hace como eres. Por tal motivo, cuando entre broma y broma me pediste que le pida al sol salir, he pensado en ciertos momentos como capturarlo y así, en el universo de tu presencia, sean estos astros lo que adornen las demás constelaciones que hay debajo de tus ojos, que formen en el eclipse de tus momentos de concentración y las estrellas fugaces de cariño avasallador.

Repito: ¿Qué es lo que pasa en mi cabeza en este momento? ¿Porqué mientras siento todo no siento nada? Quizás, porque se siente todo, me complementa su presencia, me inspira a continuar y, aún cuando el miedo sea grande, hay algo increíble que me motiva a seguir, a pelear las batallas, a no rendirme, a ver que en ese momento no hay nada más y aceptando que, hasta dónde me lo permitas, solo existe algo hermoso en mi mundo: y eso eres tú. Feliz cumpleaños.

Cambio y fuera.

PDT: Es importante que se escuche la canción para comprender más el texto.

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