Entradas

El Plan Maestro

Imagen
Paciencia, palabra tan nombrada como pensada por mis amigos y yo. Es que todo gira alrededor de eso, de ser paciente, de saber cuando lanzarse ante una situación u opción importante, y después de eso, como "atacar". Han pasado cosas en esta semana, que me resulta increíble saber que pasaron. Que por no ser paciente obtuve algo tan bueno, pero a la vez malo. Las palabras del "amigo entrañable" calmaron las aguas a una tormentosa situación que al darme cuenta yo la volví tormentosa, y que simplemente era algo que no valía la pena preocuparme. En estos momentos un rubro de ese libro llamado vida esta en veremos, me gustaría que pase algo, en serio. Y es que esa "oportunidad" cada vez me confunde más. Hago todo pero a la vez no hago nada, digo el "¿podemos conversar?" y no soy buena compañía.

Uno más... y no nos vamos.

Imagen
Últimamente, me he puesto a pensar en que dirección me estoy dirigiendo y si las cosas que he hecho o dicho han sido realmente las acertadas. Y es que ya pasó otro año de mi vida y este año me deja muchas satisfacciones: Ya no soy el chiquillo que pensaba como adulto pero no actuaba como tal, ahora por lo menos hago el intento. Con esto no quiero darme la del " megamaduro " porque no lo soy, tengo algunas cosas de niño que, aunque pareciera mentira, no las quiero cambiar y ni las cambiaré ya que sé que si alguna  varía, terminaré siendo aburrido y predecible. Osea, uno más.

El Inicio

Imagen
OK, no soy bueno escribiendo y eso quedará totalmente comprobado en lo que escribiré (o haré el intento) a continuación. A veces puedo ser algo apurado, lo sé, o hasta sentimental (pero sin llegar a lo cursi) y es por eso que tratar de unir esas dos sensaciones en unas cuantas lineas es algo difícil. Osea, hablaré de mi, pero no de mi (suena contradictorio pero así es, ya verán). Para mi los sábados son tranquilos, monótonos: desayuno tibio y rápido, ir a la ducha, salir, estudiar, almorzar, descansar, ver TV, salir (si se puede), dormir y ya. Pero ese sábado era algo diferente, la sala estaba totalmente invadida de colores, que en mis cortos 20 años de vida, jamás los había visto por ese fortín al que le llamo "casa", era los colores rosado, blanco y acompañados de cintas de agua y demás chucherías que no recuerdo el nombre. Y es que vengo de una familia en donde el 70% es de género masculino, y ver esos colores como que era algo... ya saben... extraño. Bueno, sin r