Los juguetes que rompí
Después de más de 10 años, nos reencontramos |
De niño tuve la dicha de tener muchos juguetes. Sin embargo, confieso que la mayoría de estos no fueron totalmente "nuevos", estos fueron una herencia no deseada de mi tres hermanos por lo que algunos de ellos eran algo extemporáneos y mis amigos se quedaban sorprendidos de que tenga en mis manos a un inmenso Darth Vader de 1983.
Aquellos juguetes estaban guardados en bolsas de lona en el armario de mi cuarto. Mi deber era devolverlos en aquellas bolsas y guardarlos una vez finalizadas mis largas jornadas de imaginación desmedida en algún lugar de mi casa. Mis hermanos, al llegar de la universidad, me miraban jugar y aveces se sorprendían de como algunos de sus juguetes todavía se mantuvieran completos y como otros, a pesar de haber perdido algunas extremidades, todavía podían seguir siendo útiles en los imaginativos juegos de su hermano menor.
Recuerdo mi primer, y sin equivocarme, único muñeco original llamado "Colosus" que era un personaje de la entonces famosa serie animada de los X-Men. También recuerdo el avión GI Joe de mi hermano que heredé y me encargué de repararlo para darle incontables usos.
Al llegar navidad, siempre recibía un juguete nuevo. No eran tan ostentosos y trabajados como los de ahora, pero siempre me jactaba de ellos y me gustaba jugar con cada uno hasta altas horas de la noche aprovechando que todos cenaban y conversaban hasta el amanecer.
¿Qué será de la figura de colección de "Hyoga", mi caballero del zodiaco que, casualmente, es el caballero dorado de mi signo Zodiacal?. ¿En dónde habrá terminado Piccoro, Goten y Gokú?. ¿Que será de aquel inmenso juego de batalla naval que me costó una vida aprender a jugar con mis amigos?. Eso si, recuerdo en donde terminaron las pelotas de Coca Cola con motivos de las Olimpiadas de 1996, mis Pepsi Cards de los personajes de Marvel, los pequeños muñecos "monstruos mutantes" que venían dentro de los chocolates Winters y de mis interminables Taps de "Los Caballeros del Zodiaco" y Pokemón.
Llegado el momento, los juguetes entraron a la lona para no no volver a salir. En las navidades, mis regalos fueron cambiados por relojes, la bicicleta de mi hermano (si, también heredada) y por el momento de comer. De ahí en más, esos juguetes permanecieron ahí para luego desecharlos y regalarlos a un evento de caridad.
Cuando tuve que bajarlos de mi armario para saber que su destino ya no estaría en mis manos, me puse a recordar en como estos pequeños pedazos de plástico hicieron felices a mis hermanos y a mi por tantos años y en como ahora seguirían cumpliendo su misión con otros pequeños en algún lugar del mundo.
Este post es un homenaje a aquellos juguetes que, sin darnos cuenta, nos han regalado tantas sonrisas y momentos grandiosos en una etapa simple en la cual solo existían la grandiosa sensación de ser irresponsables sin saberlo. En como estos se transformaron en recuerdos y en como esos recuerdos se transformaron en historias.
Hoy, escribo esto luego de haber comprado juguetes para mis dos sobrinas quienes se emocionarán al recibirlos para luego jugar con ellos un tiempo. Después, solo Dios sabrá el destino que les deparará. Hasta eso, que jueguen, imaginen y que se diviertan.
Todos tuvimos alguna vez un juguete que nos hizo feliz. Recuerden ese momento que tuvieron con este mientras leen en blog y el momento en que lo recibieron. El post no es materialista, simplemente, hace recordar que la navidad es ver a un niño feliz y que, aunque nos cueste aceptar que hay ciertas cosas maquilladas, ellos no tienen porque enterarse de esto y, simplemente, se deben divertir.
¡Feliz navidad!
Cambio y Fuera.
VIDEO 1:
Hacer click en el link, no se puede insertar. ¡Ah!, no vale llorar: http://youtu.be/6b9XBmeA_rM
VIDEO 2: Ahora si, el soundtrack del post.
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