Viendo la carretera
Arequipa - 2021 |
Cuando decidí empezar a escribir, solamente quería plasmar algunas historias y pensamientos que me pasaban a diario y que, al darles cierto toque sutil e imaginativo, se formaría un post alegre con mensaje que podría leer cualquier persona en cualquier momento y compartirla con otras más. Sin embargo, con el paso del tiempo, he podido percibir que se está pensando que quien está detrás de la computadora está contando a detalle diversos aspectos de su vida. Lamento informarles que no es así, por lo que en este texto trataré de explicarles, a mi manera, a qué me refiero exactamente.
Si hay algo personal que debo confesar en estas líneas es que he recibido grandes golpes en los últimos años cambiando considerablemente mi personalidad y perspectiva del mundo. Asimismo, han logrado impulsar que unas historias vuelvan de nuevo a las gavetas y que el placer de estar sentado contándole algo a ustedes ya no sea el mismo. Hago énfasis en que el interés por escribir sigue y por mucho, pero el tener ya nuevas experiencias y perspectivas de ciertas circunstancias, termina impactando en como deseas que figuren ciertos pensamientos por lo que el sentido fresco o hasta juvenil del inicio se ha diluido considerablemente. Como les pasa a todos, uno va creciendo y eso ha terminado impactando en este humilde espacio por lo que pido disculpas si algunos textos han tenido una connotación mucho más melancólica e introspectiva de lo que se espera leer.
He aprendido que el amor no es algo netamente sentimental, sino que también implica algo mental, que el trabajo varía más día a día y que los pequeños logros son realmente eso: pequeños. Asimismo, también he aprendido que hay muchos "amigos" que solamente son estacionales pero que no darán mayor impacto en tu vida por lo que debes alejarte de ellos sin dudarlo si realmente deseas crecer. Aprendí que un capítulo no es un libro y que solo depende de uno mismo escribir mejor nuestras vidas dándole un sentido que no necesariamente deba ser final o triste, sino que lleve a algo real.
Como verán, lo único que hago es plasmar historias que pueden tener cosas reales, pero que no son ni biográficas (salvo algunos casos especiales) ni hablan de personajes que conozca directamente. Algunos nombres o situaciones son basados en personas que conozco o he conocido, pero no es una descripción a detalle de los hechos acontecidos. Todas las historias son un conjunto de situaciones muy variadas, pero escritas por una persona tan imperfecta y feliz como el que lee esto. Soy aquel que ama con pasión pero que se equivoca con gran torpeza, que se molesta sin lógica y reniega con evidente molestia. Soy aquel que teme fallar, que se alegra en sus aciertos y que se pregunta que puede pasar más adelante. En resumen, solo soy uno más con una gran facilidad de plasmar las ideas en mi cabeza, pero el hecho que escriba historias no me hace infalible ni mejor, solamente me hace ser el que inicie la conversación.
Mientras escribo esto, veo a mis sobrinas jugar en el cuarto de lado junto con la nueva integrante de la familia. Parece ya muy lejano cuando, con varios kilos menos y la cabellera más larga, me puse a escribir por primera vez en este canal sobre lo hermoso que sería ser tío por primera vez. Hoy, mucho más tranquilo, me alegra saber que este texto no será el último y que siempre habrá algo sobre que escribir. Las historias de ustedes, mías y demás aparecen en el día a día y para dejar de escribir, tendría que dejar de vivir. Felizmente, algo muy lejano por ahora.
Cambio y Fuera.
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