Todas las mañanas tengo por costumbre tomar desayuno mirando las noticias: Trago la taza con café con leche y el jugo en cinco minutos, luego voy a bañarme en diez; y finalizo tomando la movilidad que me llevará al trabajo intentando no llegar tarde. En ese lapso en donde me "alimento", siempre me topo con la noticia de la desaparición de Ciro Castillo; un joven estudiante de la Universidad Agraria de la Molina que en medio de circunstancias aún no esclarecidas, desapareció. Ciro no desapareció sólo, Rosario Ponce, su enamorada, desapareció con él pero ella fue encontrada 9 días después de haberse hecho público su desaparición. Hasta ahí, todo bacán.