Escribe sobre nosotros
Algunos dicen que este es el invierno más fuerte que haya pasado en Lima en más de 50 años; sin embargo, me tomo la molestia de discrepar enérgicamente con tal afirmación. No porque sea ajeno a la sensación de que se me congele la nariz o la típica humedad limeña traspase hasta mis huesos, sino porque nada se compara a tu presencia que abriga aún cuando no estás presente logrando que aún este feroz clima sea solo algo pasajero. Admito que ahora mis días de semana ya no tienen mucho sentido porque ya no estoy a la expectativa del día que te pueda ver, caminar juntos, reír, entrar a un cuarto, besarnos, arañarnos, mordernos apretarnos, sentirnos, cansarnos, abrigarnos y dormir. Admito también que aún con todo lo bueno que pueda detallar en este texto eres quien más me ha hecho llorar, que has estrujado mi corazón cual papel initulizable y lo has exprimido hasta dejarlo seco, pero que por alguna razón siempre volvía a recuperarse para seguir y creo, si la memoria no me falla, que lo s