Escribe sobre nosotros
Algunos dicen que este es el invierno más fuerte que haya pasado en Lima en más de 50 años; sin embargo, me tomo la molestia de discrepar enérgicamente con tal afirmación. No porque sea ajeno a la sensación de que se me congele la nariz o la típica humedad limeña traspase hasta mis huesos, sino porque nada se compara a tu presencia que abriga aún cuando no estás presente logrando que aún este feroz clima sea solo algo pasajero.
Admito que ahora mis días de semana ya no tienen mucho sentido porque ya no estoy a la expectativa del día que te pueda ver, caminar juntos, reír, entrar a un cuarto, besarnos, arañarnos, mordernos apretarnos, sentirnos, cansarnos, abrigarnos y dormir. Admito también que aún con todo lo bueno que pueda detallar en este texto eres quien más me ha hecho llorar, que has estrujado mi corazón cual papel initulizable y lo has exprimido hasta dejarlo seco, pero que por alguna razón siempre volvía a recuperarse para seguir y creo, si la memoria no me falla, que lo seguirá haciendo como nunca antes había sucedido.
Muchos escriben sobre lo bueno que le da la otra persona, pero olvidan que para apreciar eso tan increíble es bueno mencionar lo que te golpea para así aprender a valorar lo que se tiene. Tú me lo has enseñado en golpes tan fuertes que no me has dado tiempo de defenderme o ponerme de pie. En esta lucha encarnizada y que pierdo sin que hagas el más mínimo esfuerzo, destrozas mis costillas con patadas y revientas mi rostro con puñetes de realidad tan intensos que quedo irreconocible. No obstante, teniendo todo en contra, esperando que el árbitro cuente hasta diez para terminar la batalla, busco como apoyarme en las cuerdas, levantarme, decir que no pasaba nada y aún con cansancio seguir decidido a continuar repitiendome muy dentro de mí que nada ni nadie me va a dejar vencer. Tú, viéndome visiblemente pertrechado, te sorprendes en cómo puedo elevarme y seguir en batalla cuando claramente sé que no voy a ganar.
Tus heridas duelen tanto que hasta el silencio más simple se vuelve una esquirla ardiente en el medio del pecho, pero que lejos de hacerme daño enciende mi alma para hacerme recordar que no puedo rendirme, que tengo que seguir, que el futuro es mío y solamente mío, pero que de vez en cuando debo darme cuenta de que el único gran enemigo que tengo y la única persona que puede vencerme soy yo mismo. No importa nadie más alrededor, es uno mismo el que forja su destino, pero es mucho mejor recorrer el trayecto con alguien que está dispuesto a extender la mano no para necesitarse mutuamente, sino para saber que no hay problema tan grande que no puedo desunirnos.
"Deberías hablar de lo que te sucede" me has dicho incontables veces, pero nunca lo había hecho. Sin embargo, al tratar de buscar las palabras, los pensamientos y las sensaciones, me he dado cuenta de que todo lo que me sucede eres tú. Con tus abrazos simples, con tu sonrisa a medias, con tus ojos a medio abrir, con tu sensual caminar, sacando la lengua en infantil pero en tierna adultez, con tu voz suave y reconfortante, con la delicada sensación de tocar tus labios con mis manos, pero mucho más dulces cuando los toco con los míos. Muchas veces puedo decir que "no me sucede nada", pero contigo me pasa todo y todo es lo que me hace bien.
Me olvidaba de un detalle no menor: mencioné líneas atrás que me has hecho llorar como nunca, pero también es justo reconocer que muchas de ellas han sido de melancólica felicidad, las mismas que salen mientras en estas líneas te imagino leyéndolo todo una y otra vez tratando de buscar que no se te escape un detalle. Tu obsesiva manera de buscar la perfección hace que no te des cuenta de que, aún con tu humana capacidad de equivocarte, sigues siendo el plan perfecto que me hace feliz aún en los días más oscuros.
Ojalá estas palabras te hagan homenaje. Ojalá que tus expectativas de ver el mundo no carcoman el mágico ser que eres. Ojalá que por un instante puedas verme como te veo y así entenderás que todo esto es tan insignificante porque no se puede poner en letras lo que sucede en el alma. Existen conexiones únicas como las de nosotros que, aun cuando podríamos ser racionales, es lo irracional lo que nos permite vivir.
Escribe sobre nosotros. Es un ejercicio simple en donde podrás ver mucho más de lo que crees. Al menos yo lo haré. Ya lo hice.
Cambio y Fuera.
"Yo olvido mis presentimientos solo por volverte a ver"
👏
ResponderEliminarTodo lo que me sucede eres tú. (...) Muchas veces puedo decir que "no me sucede nada", pero contigo me pasa todo y todo es lo que me hace bien. 👏
ResponderEliminar¡Gracias por la reacción! Te invito a leer otros post. Un fuerte abrazo
EliminarEscribe sobre nosotros... es un placer leerlo.
ResponderEliminar¡Gracias! Te invito a leer los otros post y a recomendar el blog. Un fuerte abrazo :)
EliminarQue genio 👍
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Se hace lo que se puede. Te invito a leer los otros post y recomendar el blog. :)
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