Poco a Poco
Hace tres años y tres días estaba sentado en una banca de mi jardín tomando unas cervezas con Diego (así se llama mi "amigo entrañable"). En aquella conversación, le comenté que me gustó lo que había escrito en su recien inaugurado blog (que a la larga sería lo único que escribiría) y en como yo tenía pensado crearme uno. Tras una larga conversación, él me terminó de convencer de que la idea de un blog no era algo desquiciado y que si tenía material para escribirlo, pues que lo haga. Además, a mi me gustaba escribir.