En espera del año nuevo, me he dado cuenta que el 90% de personas se les ocurre pintar su casa y/o limpiarlas totalmente, todo esto con la idea de recibir el año nuevo totalmente limpio y para estar renovado. Este ritual, por así decirlo, se repite todos los años una y otra vez y es increíble la cantidad de basura que uno puede encontrar en su cajón. Decidido a olvidar el 2010, me puse a revisar mis cajones y a botar lo que no servía. Polos antiguos y sin uso, ropa nueva que jamás me la pondría, papeles de trabajos universitarios que quedaron en stand by, post de blogs sin terminar (estos no han sido botados, están en un rincón para ver la luz algún día); y un largo etcétera. Lo curioso es que todo ello era de años anteriores y había muy poco, casi nada, del 2010.