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El carrito y la mecedora

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Según los estudios, es imposible que un niño se acuerde de cosas que pasaron cuando este era muy pequeño. Yo nunca creí esa teoría porque tengo recuerdos, borrosos eso sí, de cuando tenía 5 o 4 años. Los días domingos, mis padres tenían por costumbre visitar a mis abuelos por partes de padre. Yo, totalmente ajeno a lo que acontecía en aquel entonces, sólo me quedaba en el comedor mirando un carrito (que era una escala 1x16 del primer modelo Ford)  que estaba encima de una vitrina en donde se guardaban las copas que nunca se usan.

¿Y ahora?

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Gracias a mi nuevo trabajo, los días sábados puedo relajarme en casa y dormir hasta el mediodía. Puedo volver a estar tranquilo, a ver televisión como antes e inclusive a sentarme a escuchar la música que me gusta. Pero, a pesar de no ser un lector compulsivo, me gusta leer los diarios ya sea vía Internet o leerlo como tradicionalmente se hace. El día de hoy vi tres periódicos en casa: uno era el más respetado del país con unos 7 u 8 suplementos sin contar las innumerables revistas que viene con este, otro era el más leído por ser el de precio más accesible y por caracterizarse por sus noticias faranduleras; y el último era uno que es respetado pero que el precio no es ni tan elevado ni tan barato. Impresionado por la cantidad de papel procesado en la mesa de la sala, pase a darle una mirada a todos.

MAL - Entendido (Crónica de una choteada II)

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Habían pasado unos días y para mi, el comentario confuso que le hice a "Supernova" había quedado atrás. Por alguna extraña razón no me preocupaba, ni pensaba en ello, ya que a la larga fue sólo eso: un comentario. Lo curioso es que parecía que a ella si le importó y no la ví por un buen tiempo perdiendo todo nexo de comunicación. Hasta que un día nos encontramos y decidimos salir, así de simple. Ahí estábamos los dos, sentados en aquel bar miraflorino después de 4 meses de habernos visto en aquella fatídica noche de Junio (¿o fue Julio?) y sin tener contacto en lo absoluto. La conversación empezó genial, parecía que la mágia inicial se había recuperado y me hacía preguntar el porqué del alejamiento innecesario

Crónica de una choteada

Estaba tirado en mi cama a las 4 de la mañana. Intenté regresar a casa en taxi, pero al tener tantas preguntas en la cabeza, me baje unas cuadras antes (mucho antes) y decidí caminar hacia mi guarida intentado, en vano, encontrar sentido a lo que acababa de suceder. Sentía que había perdido tiempo, que aquellas expresiones y palabras fueron un inutil manotazo de ahogado y que el solitario ambiente que me rodeaba en aquella avenida, era el escenario perfecto para una escena digna de una pelicula de Woody Allen. Una de esas escenas comicas de humor irrverente y confuso en donde el único personaje serio al querer expresar algo, termina enredándose en sus palabras y no sabe adonde va, haciendo que la escena sea aún más comica.

Japi verdey tu yu

A lo largo de esta semana, estuve pensando que demonios poner en este blog para poderle seguir dándole movimiento. El blog acaba de cumplir (no sé como) dos años de existencia. Dos años en donde la ironía, y sentimientos encontrados, forman un blog rarísimo que a la larga no dice nada, pero a la vez lo dice todo. A comparación del año pasado, las ideas han salido con más facilidad y mucho mejor estructuradas. Aparte de ello, decidí masificar el blog publicando las entradas en mi Facebook, ya que no tiene sentido escribir para que sólo lo lean dos o cuatro personas, además, si hay critica puedo avanzar y ver que hago mal. Pero no sólo el blog cumple años en Febrero, también este humilde servidor.