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Tú eres mejor que yo

Según SENAHMI, el día viernes fue el día más frío del año. Y no era para dudarlo: intensa garúa, fortísima sensación de frió y calles totalmente húmedas llegando a empapar los zapatos y , en algunos casos, hasta las medias. Eran las 4:00 PM y regresaba a la oficina luego de ir a ver un tema de estudios. Por alguna extraña razón, el clima no era el mismo, se veía movimiento pero no había mucha gente, se escuchaba bulla pero esta no era ensordecedora y se percibía intranquilidad a pesar de ver a todos sentados. De un momento a otro, la jefa del equipo decidió llamarnos a una reunión dentro de una oficina con las personas encargadas del área. Digamos que estos son las cabezas representativas de todos ante la organización. Al momento de sentarme, sentí miedo, no sé porque. Las miradas desencajadas de ellos eran signo de que algo no estaba bien y el movimiento casi pausado e inquebrantable de mi supervisor fueron la confirmación de que algo malo estaba sucediendo. Al comenzar la entrevist

Lo Pendiente

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Sentado en el cubículo color casi plomizo de la oficina, redacto desesperadamente 4 correos al mismo tiempo que servirán para aniquilar aquellos temas pendientes que fueron marcados con "banderita roja". Debo admitir que siempre he sido maniático de terminar todo el mismo día y de no dejar nada para el futuro; sin embargo, me he dado cuenta que esto es imposible ya que día a día siempre se tiene que resolver cosas enganchadas con labores realizas los días pasados. Mi jefe, algo pensativo, se acerca y me dice una frase que, al inicio, me asustó un poco:  "¿Tienes un minuto?. Hay algo de lo que debemos conversar". Al escuchar estas palabras pensé que había malogrado algo o que simplemente era el fin de mis días en el trabajo. Los pensamientos volaban una y otra vez mientras él hablaba. Solo lo veía gesticular ya que lo único que escuchaba eran mis pensamientos llenos de temor y hasta pensaba en como iba decir en mi casa que volvería a ser un mantenido. Fue en

¡Soy Papá!

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Eran las 5:30 de la mañana y "Ella" me mira con asustada alegría diciéndome "Hoy es". Bajo por las escaleras con rapidez, cojo la mochila de emergencia y cierro la puerta sin poner llave. Entro al carro me aseguro que nada falta y al doblar por la primera esquina me doy cuenta que si me faltaba algo: "Ella" estaba en el segundo piso. Regreso y la encuentro riéndose en el antepenúltima grada de la escalera, la ayudo y subimos al carro con destino a la clínica. No hablamos, sonreímos y reímos pero se percibe el ambiente de nervios y angustia.

EN Blanco

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Hace unos días, se celebró la "Noche en Blanco" en Barranco en donde diferentes artistas tomaban las calles de este distrito para mostrar su arte, museos abiertos todo el día y exposiciones fotográficas pegadas en las calles. Yo, uno de los tantos improvisados amantes del arte por ese día, decidí ir al evento esperando encontrar algo que me llamase la atención. Digamos que el resultado fue... extraño. Como lo mencioné anteriormente,  fui uno de los tantos "improvisados" que camino alrededor de Barranco esperando encontrar algo que le llamase la atención por lo que mi experiencia no fue muy placentera que digamos. Tampoco es que estuve incómodo, pero esperaba encontrar cosas un poco más entretenidas. A decir verdad, si hubieron cosas que me llamaron mucho la atención pero eran muy pocas: Por ejemplo, una banda formada por unos tres muchachos tocando guitarra; uno, contrabajo y otro, un violín, fue lo que hizo que me quedara más rato del esperado. Su estilo simpl

Mi madre y la tuya.

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No sé si es por la manera en la que me criaba o la manera en que me gritó cuando cometía alguna travesura en el colegio. Nunca estuvo en mi el ser dañino o el hacerla enojar, prueba de ello eran las risotadas y las celebraciones del acto hecho por parte de mi padre papá mientras ella simplemente me miraba y decía un contundente: "Hoy vas a ver".