Vagabond

[Post dedicado a una gran amiga] Isabel salta de un lado para otro ya que ha superado su mala experiencia con Francisco. Ella ahora corre, se levanta temprano, maneja con suave y disimulada irresponsabilidad sus tiempos a fin de tener un orden y realizar todo lo que tiene pensado. Su cámara en su cama es su amuleto de buena suerte al despertar. Le encanta tomar desayuno en familia y salir raudamente a estudiar. En las noches su candidez ilumina las calles y le gusta tomar millones de fotos de aquellos paisajes silenciosos que observas en la calle y siempre te dejan pensando. Toma fotos a personas que nunca verá pero que sus expresiones demuestran sentimientos en imágenes que valen más que mil palabras. Ella vive, sonríe, fotografía, siente. En ese mar de independencia que se volvió su vida, apareció Renato, quien a pesar de ser un poco parco, demuestra con inteligente y mesurada calma su punto de vista. Es tranquilo, es callado, es un buen chico.  Ambos estudian carr

Kevin estrecha la mano del cliente al que le vendió la tarjeta de crédito del banco en donde labora. Había llegado a su meta por quinto mes consecutivo. Sabía que luego de eso recibiría el ascenso y que eso vendría amarrado de responsabilidades y del tan ansiado bono el cual lo gastaría en esa ropa que deseaba o tal vez en la salida con su enamorada que ve pocas veces pero que comprende sus horarios. Había cerrado su etapa de ser un simple peón de oficina para volverse el supervisor y ejecutivo de campo.

Después de más de 10 años, nos reencontramos

Ramiro estaba en una situación incómoda: aceptó que su enamorada había besado a su ex enamorado y quedaron en dejar el tema ahí. No lo aceptó por que lo comprendió, sino porque su conciencia lo juzgaba ya que el salía en las noches con Pía y dejaba que fluyan sus pasiones sin ton ni son. Se complicó cuando no debía complicarse. Tuvo un ataque de moral que lo hacía ver las cosas más confusas de lo que debían ser y él mismo las había llevado a ese punto. Estaba en su cama, sonaba "Last Nite" de The Strokes mientras el caminaba pensando que hacer. El reloj del gato Felix era el complemento a aquel escenario de desconcierto.

Anthony era un hombre resentido que disimulaba su soledad con salidas casuales; Ramiro era un chico torpe inmerso en situaciones absurdas y yo estaba sentado totalmente solo en una barra con una cerveza mirando como un grupo de treintañeros intentaban hacer un cover decente de "In Between days" de The Cure. Definitivamente, algo no andaba bien.