Entradas

La calma que antecede al huracán

Imagen
"Al fin de cuentas, todo es un chiste" Charles Chaplin Desde hace algunos años, tomé la decisión de ya no lanzar serias opiniones de algún tema coyuntural de gran importancia en alguna red social por la monumental cantidad de peleas que se generaban y lo poco que estas ayudaban. Admito que en ocasiones no podía quedarme callado y desempolvaba los teclados para decir algo, pero me apartaba apenas aparecía la exacerbada pasión con que las personas defendían una u otra posición con un ataque incesante (aun cuando pudiesen existir pruebas irrefutables) desencadenando desde la negación hasta al inquisidor argumento de los "no me gusta". Luego, sin opción a la reacción, se empezaba a caer en el insulto, al ninguneo, la etiqueta y, finalmente, a la destrucción de las relaciones humanas más entrañables por "comentarios" más que por conversaciones frente a frente. Un desastre "antisocial" en una red "social". La coyuntura política de nuestro paí

El lugar de los secretos

Imagen
Después de los taxistas, son quizás aquellos feudos cuidadosamente adornados los que más conocen en cada rincón el apasionado ser de parejas y/o aventurillas del momento en nuestra querida capital. Algunos adornan principales avenidas con sus coloridos mensajes ofreciendo sin pudor los precios y beneficios de su hospedaje así como hay otras, mucho más discretas, que indican con banderillas o carteles con una "H" (y unas sigilosas estrellas que no pasan de ser 3) que la zona para el confort está lista y que todo se resume al tomar decisiones. No son sutiles y no pretenden serlo, simplemente aparecen ya que hay una considerable legión de usuarios que se escabullen entre los caminos sigilosos de la tranquilidad y el placer a tener en unas cuatro paredes la libertad necesaria que no ofrece, curiosamente, su mismo hogar. Recuerdo la primera vez que intenté ir a uno y dije sin pudor aquella invitación barata del "vamos a un lugar más cómodo" a mi compañera de aquel enton

A medio mundo de distancia

Imagen
Habiéndose cumplido el primer aniversario de la pandemia (quizás uno de los aniversarios más nefastos al recordar en la historia moderna) creo que es momento de hacer una confesión. Si, sé que este blog no es un diario, pero pienso que es un buen momento para contarlo. Lejos de criticar lo sucedido y aunque por momentos pueda parecer algo fuerte, esta historia es (dentro de todo) sobre algo  muy bueno que me ha pasado. Básicamente, se trata de aprender y el autoconocimiento. Anteriormente mi día a día era muy monótono. Me levantaba a las 7:30 AM, corría a alistarme, llegaba al trabajo a las justas (aunque acepto con vergüenza que muchas veces mi tardanza no excedía de los 15 minutos) y muy apresurado me embarcaba en realizar mi quehacer diario adornado de reuniones y problemas ocasionales. Luego de ello, al finalizar la jornada, salía a buscar a mi entonces enamorada caminando por algo de 2 KM para luego caminar otros dos más si es que queríamos hacer algo por algún sitio alrededor. Al

Belleza americana

Imagen
Cuando te conocí aquel día a inicios de agosto del 2007 en una aburrida clase de números entre separatas y muchas fórmulas, tu hermosa presencia me cautivó y reconozco con hidalguía pero con vergüenza que me consideré el más afortunado por compartir aula y sentarme a tu lado. Una vez iniciada la clase y al no controlar mi abrumador estilo burlesco a situaciones cotidianas, tuve el privilegio de ver por primera vez aquella hermosa sonrisa transformando mi día en un paisaje mucho más agradable. Aquellas costumbres desenfrenadas propias de haber realizado gran parte de tu vida en Estados Unidos destruyeron las paredes de mi ignorancia local. No obstante, esa belleza física no se compara en lo más mínimo con lo cautivador de su alma. Aquellas jornadas en las que enredadas en conversaciones, cafés y separatas pude apreciar la enorme luz de alegría mientras hablaba, su sensibilidad en cosas que muchos pensamos que son complicadas y el inmenso amor por las causas justas. Diría que fue en ese

La esquina de la independencia

Imagen
Cuando estás en la primera parte de los 20, la independencia llega a tu vida de una forma tan emocionante como abrumadora. Las salidas con amigos son más frecuentes, las limitaciones por parte de tus padres van bajando cada vez más y tienes el camino de tu vida ligeramente más claro. No todo es diversión, las responsabilidades también te esperan y si bien algunos amigos se fueron alejando, llegan otros a hacer el paisaje menos aburrido inyectando más emoción. Por cosas familiares, esos años en mi fueron algo diferentes a comparación con los de mi entorno pero no por ello menos entretenidos. Aún así, con o sin responsabilidades, hay algo que todo chico debe lidiar en aquella mágica y aleccionadora etapa: el tener citas. No niego que producto de mi flojera se me complicaba un poco todo este proceso ya que el estar pendiente, escribir mensajes de texto, llamar y gastar dinero en diversas salidas con el sexo opuesto no sean las principales razones para disfrutar de mi tiempo libre, sino el