¡Soy Papá!
Eran las 5:30 de la mañana y "Ella" me mira con asustada alegría diciéndome "Hoy es". Bajo por las escaleras con rapidez, cojo la mochila de emergencia y cierro la puerta sin poner llave. Entro al carro me aseguro que nada falta y al doblar por la primera esquina me doy cuenta que si me faltaba algo: "Ella" estaba en el segundo piso. Regreso y la encuentro riéndose en el antepenúltima grada de la escalera, la ayudo y subimos al carro con destino a la clínica. No hablamos, sonreímos y reímos pero se percibe el ambiente de nervios y angustia.